Exorcizar Amérika! (2ª parte)

2 Nov

Para la contracultura amerikana estaba muy claro: el problema no es que estemos engañados o manipulados o confundidos, sino que estamos poseídos y hechizados por imágenes de éxito, de poder, de invulnerabilidad, de propiedad, de dinero, del otro como amenaza.

Por esa razón, su política de liberación no pasaba sólo por convencer, argumentar o tener un buen programa político, sino por exorcizar los cuerpos poseídos, por despertarlos físicamente a otro mundo (o, al menos, a otra relación con el mundo, a otra percepción del mundo).

El teatro de guerrilla del Living Theatre quería ser como la pértiga que catapultase al público más allá de sí mismo, en las human be-in no se trataba tanto de reivindicar nada como de manifestar la propia presencia aquí y ahora, los Yippies pretendían expulsar el miedo mediante la burla y el absurdo, y las bandas de rock eran las «antenas de la nueva raza» (Allen Ginsberg).

¿Por qué política y cultura estaban tan bien trabadas en los 60 y hoy se han destrabado? ¿Cómo nos relacionamos con el pasado para mantenerlo vivo? ¿Necesitamos también ahora un exorcismo, de qué tipo? ¿Cómo ser fiel a las intensidades juveniles cuando el tiempo pasa?

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