Coronavirus, reparto de alimentos a pesar de las instituciones

14 Jun

Los Dragones de Lavapiés (Madrid) comprueban nada más comenzar el confinamiento que sus niñxs no pueden ni siquiera conseguir comida. La precariedad obliga a sus familias a vivir al día para maximizar el beneficio de la explotación. Dragones inmediatamente deja de ser club de fútbol de barrio y se convierte en conseguidor de alimentos. Se crean nuevos colectivos, algunas ONG cambian de objetivo, empresas sociales, comerciantes, vecinxs de Lavapiés se unen a la tarea de conseguir y distribuir alimentos. En pocos días, cientos de personas reparten toneladas de comida. Cubren la ineptitud e ineficacia de unas instituciones desbordadas y en el mejor de los casos incapaces siquiera de facilitar un local en el que el vecindario siga atendiendo los deberes de las propias instituciones: asegurar el alimento de quienes con el empleo precario y la economía sumergida sostienen la ciudad. Las tres primeras semanas de mayo entrevistamos a Dragones, La CuBa (y sus secciones Madrinas y Calle), Banco de Alimentos del Barrio y SuperCoop, que junto a Cuidados Madrid Centro construyeron de forma inteligente, generosa y valiente esta eficaz maquinaria improvisada demostrando la potencia de la colaboración social.

(Las grabaciones no son profesionales, sino realizadas con la urgencia del momento, disculpad los fallos técnicos).

 

1. Dragones de Lavapiés

Un club de fútbol inclusivo a la medida de un barrio que tiene muchos colores para jugar juntxs. Los primeros que no se conforman con tolerar la necesidad: ponen su diminuto local, sus fuerzas, su ingenio al servicio de conseguir lo imposible para servicios sociales: alimentos para hoy y mañana ya veremos. Y con su acción comienza a girar la rueda de la colaboración barrial, de las sinergias. Los Dragones son resilientes, no se achantan con cualquier cosa. Y saben transformarse de club de fútbol en distribuidores de alimentos. Al fin y al cabo, no es tanta transformación, porque se trata de mantenernos juntxs y conseguir que Lavapiés sea más vivible para todxs los que vivimos aquí. Jorge, su presidente, nos lo explica.

 

2. La CuBa (Lavapiés Cuidando el Barrio)

El reparto de alimentos que comienzan Dragones y Madrid Cuidados Centro (creada en el confinamiento), al que se han unido vecinxs del barrio, muchas vecinas, crece tanto que es inabarcable en el local del club de fútbol. Se colapsa y Teatro del Barrio asume que su espacio albergue la improvisada en ese momento Plataforma La Cuba, que diseñará un complejo mecanismo de recogida y distribución de recursos obtenidos con la colaboración de cientos de personas. Cuidados Madrid Centro, Dragones Lavapiés, Teatro del Barrio y Un Micro Para El Sáhara ponen todos sus recursos, su inteligencia, su amor al servicio de La Cuba. Se lo agradecemos a Marta, de esta última ONG, que nos lo cuenta en el siguiente audio.

 

3. Las madrinas (una sección de la CuBa)

Los recursos de la Plataforma La CuBa siempre han sido menos que la demanda de alimentos. Por otro lado, hay mucha gente que no puede colaborar en el reparto de alimentos presencialmente. Por eso se recicla de otras experiencias colaborativas la figura de las madrinas. Varios grupos de madrinas asignan telefónicamente cestas con productos básicos a lo largo de la semana. Son el puente entre la recogida y distribución de alimentos y las personas precarizadas. Las madrinas no solo pretenden cubrir esta necesidad, sino articular la colaboración y la ayuda mutua. Ana nos da detalles de con qué inteligencia y empatía han diseñado su funcionamiento.

 

4. Banco de Alimentos del Barrio (BAB)

Desde el principio del confinamiento, un grupo de vecinas del barrio de Lavapiés se organiza con el fin de reunir alimentos procedentes de donaciones de las mismas vecinas y entregárselos a asociaciones y colectivos que se encargan del reparto directo a familias en situación de vulnerabilidad. Con la implicación del pequeños comercios del barrio y el apoyo incondicional de asociaciones como Esta es una Plaza, varios grupos de consumo, la AV La Corrala, CMC (Cuidados Madrid Centro), la cooperativa Asalto de Mata y SuperCoop Madrid (que además de colaborar con voluntarios y donaciones de sus cooperativistas se ha transformado en una continua y estrecha colaboración que continúa al día de hoy), articulan la recogida de alimentos de parte del vecindario, empresas y grandes superficies y organizan además su almacenamiento y suministro a las redes voluntarias de reparto, como Dragones de Lavapiés (posteriormente a La Cuba), Valiente Bangla más Lateros, AISE (Asociación de Inmigrantes Senegales en España), Colectivo Courage y Sindicato de Manteros, entre otros grupos. Transporte, mesas de recogida solidaria en las grandes superficies y trabajo que aporta gente voluntaria acaban trayendo donaciones desde Mercamadrid y distribuyendo toneladas de alimentos tanto frescos como no perecederos. Lucía y Teba nos explican el pragmatismo con el que han actuado y nos muestran un mecanismo colaborativo tremendamente eficaz con una capacidad de crecimiento en…

 

5. Calle (una sección de la CuBa)

Desde el primer momento, un grupo de La CuBa se fija en la gente en situación de calle, lxs invisibles. Pronto comienzan a repartirles alimentos. En este caso, es necesario cocinarlos. Voluntarixs de Plaza Solidaria (que lleva años repartiendo un día a la semana alimentos en Tirso de Molina) cocinan en distintos restaurantes de Lavapiés, que, cerrados por el confinamiento, facilitan sus instalaciones. En muy poco tiempo, se reparten más de 100 comidas diarias. Mientras tanto, los comedores y servicios sociales municipales en el mejor de los casos desvían hacia La Cuba las necesidades que no son capaces de asumir. Como deberían.

 

6. SuperCoop

Un supermercado surtido por pequeñxs productorxs para conseguir una alimentación sana, más justa y más social. Sus más de 700 cooperativistas aportan su trabajo para abaratar costes. Este es el interesante proyecto de SuperCoop, una cooperativa sin ánimo de lucro. La pandemia paralizó la habilitación del local, pero pagos como el alquiler continuaban. Reaccionan abriendo una tienda online para lxs cooperativistas y las compras se recogen en el mercado de abastos de San Fernando. Uno de los productos es la cesta 0: su importe se gasta en los puestos del propio mercado y se destina al BAB, para complementar lo que este no ha conseguido con donaciones, y luego se reparte en La CuBa. La cesta 0 es el producto más vendido durante varias semanas. SuperCoop a un tiempo cuida su entorno inmediato del mercado de abastos de San Fernando, cuida a lxs vecinxs de Lavapiés y desarrolla su proyecto. Un ejemplo de flexibilidad y planificación a largo plazo adaptándose rápidamente. Un proyecto ilusionante, como nos explica Olga.

 

 

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